lunes, 22 de marzo de 2010

¿Quién fue Blas Infante?


«En los veinticinco años que median desde que Andalucía comenzó a organizarse como comunidad autónoma hasta el presente, Andalucía ha vivido el proceso de cambio más intenso de nuestra historia, y se ha acercado al ideal de la Andalucía libre y solidaria por la que luchase incansablemente Blas Infante» (Del Preámbulo de Estatuto de 2006.)

Se celebra el día 28 de febrero, el día de aprobación del Estatuto de Andalucía de 1981, ampliado en el 2006. Andalucía tiene 28 años de existencia como Comunidad Autónoma del Estado español. Dicho Estatuto de Autonomía es la norma institucional básica española de cada Comunidad, reconocida en la Constitución de 1978.
Los símbolos andaluces fueron creados en 1918, en la Asamblea de Ronda, donde Blas Infante (de religión musulmana) fue el responsable directo de la creación de la bandera, cuyo diseño justificó por el verde el color del Califato Omeya de Córdoba y el blanco, el propio del Imperio Almohade, periodos que desde su óptica fueron dos de las épocas de mayor esplendor de un poder político centrado en la actual Andalucía. El nacionalismo excluyente periférico andaluz queda patente en la ideología de Blas Infante y en la creación metafísica e idealista que hace de la identidad andaluza.
Y es que el legado cultural musulmán poco pudo introducir en la Península Ibérica y mucho parece que legó visto desde la perspectiva oficial o académica actual. Está probado que el arte hispano-árabe continua viejas tradiciones andaluzas, incluso son preislámicos el arco de herradura y las yeserías. Fueron los españoles conversos al Islam quienes crearon la civilización hispano-árabe, que poco a poco fueron atraídos por el islamismo por las ventajas fiscales que su conversión les procuraba, ya que de esta forma se eximían del pago de la chizia y el jarach, de las contribuciones personales y territoriales.
El color verde del Califato, imagen que si pudiera ser vista hoy día espantaría al ver las almenas de sus murallas coronadas por los cráneos de cristianos del norte y rebeldes andaluces. Conocida es la matanza del Foso de Toledo, por la cual Abd al- Raman II llevó toda su vida un tic nervioso en un ojo por las crueldades que tuvo que presenciar. El rey de Sevilla, Al- Mutadid, tenía adornado su jardín con las cabezas de sus enemigos convertidas en tiestos. Son inenarrables las atrocidades de los Ziríes granadinos. Mancharon torrentes de sangre las tierras andaluzas durante la conquista y dominación de Andalucía por los almoravides y almohades. Y siguieron derramándola los reyezuelos islamistas de los últimos siglos, por ejemplo en la matanza de los abencerrajes. Los reyes de Taifas que rigieron Al-Andalus estuvieron rodeados de riquezas que alcanzaban mediante la explotación de sus súbditos, e incluso mediante brutales rapiñas.
España se forjó luchando contra el invasor musulmán durante siglos y las siete cruzadas, espaciadas en doscientos años en la Europa oriental, nada tienen que ver con la multisecular y permanente guerra de recuperación territorial que implicaba los más absorbentes problemas de la vida colectiva de los reinos cristianos de la Península Ibérica.

El concepto de nación política está ligado a un Estado previo, y nace a raíz de la Revolución Francesa, cuando la frase “Viva el Rey” se transforma en “Viva la nación”. Una nación política que en su origen nace Republicana y es agregada a la Constitución española de 1812 extendiéndose no sólo a los residentes en la Península sino también a los pueblos americanos. Una nación que también es denominada Patria, y que la ampliación del Estatuto Andaluz de 2006 hace reconocer a Blas Infante como “Padre de la Patria Andaluza”.
El concepto de nación que se barajaba en la idea mítica de Andalucía procede en parte de la posterior evolución que tomo dicho concepto en la idea que le imprime Fitche, al inventar el concepto de Cultura y hacer de esta el fundamento del Estado. A partir de entonces, la idea de nación hace que en España surjan focos excluyentes, principalmente burgueses con intereses económicos, que inventan un pasado común a un colectivo dándole una impronta o señas de identidad culturales, fundamentando de esta forma un supuesto “Estado Mítico”.
Teniendo presente que la identidad andaluza se fue gestando por un grupo reducido de burgueses, entre ellos Blas Infante, habrá que constatar que dichas ideas tuvieron poco éxito entonces, y sigue teniéndolo aun hoy, por lo menos en cuanto a su identidad islamista constatada en mitológica por la realidad cultural de Andalucía. Constatación real ignorada por PSOE y el PP que al aprobar en 2006 dicho Estatuto Autonómico persisten en la asimilación de la identidad andaluza con el mundo islámico, ideas que no toda la población andaluza conoce y que son silenciadas.
Después de las elecciones constituyentes de 1931, se lleva a cabo una Asamblea de municipios sevillanos para abordar la consecución de la autonomía andaluza. Dicha propuesta fue muy poco popular (fomentada por la prensa andalucista), creando incertidumbre en el resto de provincias que veían un neocentralismo sevillano, llevándose a cabo la propuesta de unión de Granada, Jaén y Almería dentro de una región autónoma independiente, mientras Huelva se pensaba entre entrar en uno u otro bloque o incluirse dentro de Extremadura.

España trae tras de sí una tradición federalista de tipo anarquista, motivada por Pi y Margall, donde cada pueblo con algún rasgo distintivo puede libremente organizar su vida independientemente de un Estado centralista. Dicha idea es la que más predomina en la actualidad y a quedado demostrado con la aprobación del nuevo Estatuto de Autonomía. Pero a esta visión de una República Federal en España se contra pone, por otro lado, Luís Rivera haciendo una declaración distinta de los principios de una República Federal en España, en la cual lo principal es la unidad y defensa integral del territorio nacional, y “en la que se da una autonomía completa del municipio y de la provincia, en lo que toca a su gobierno interior, y a la libre gestión de sus intereses políticos, administrativos y económicos. No es, por tanto, la república que defienden la confederación de Estados o cantones, independientes y unidos solo por pactos y alianzas más o menos arbitrarias. Tampoco pueden aceptar la descentralización meramente administrativa, tal como la entienden algunas escuelas liberales; porque la descentralización explicada de esa manera, es la concesión gratuita del poder, y no el reconocimiento del derecho, que radica en la naturaleza misma de los municipios y de las provincias”. Quizás a la idea de República Federal de Luís Rivera se acerca más la II República española, que a la idea de Pi y Margall. Podemos leer en el artículo primero de la Constitución: “La República constituye un Estado integral, compatible con la autonomía de los Municipios y las Regiones”.

Marx desdeñaba esta forma de priorizar los nacionalismos identitarios o culturales sobre la perspectiva de clase, rechazaba cualquier pretensión de abstracción. Y esto es lo que hoy día persiste, en un sistema político donde los problemas reales son dejados de lado en pos de un potencial electorado fácilmente sugestionable, en nombre de la libertad, democracia, igualdad, derechos humanos, y una infinidad de conceptos abstractos que llegan fácilmente a las multitudes. No hay más que echar un vistazo a los discursos pronunciados por políticos actuales, así como la inevitable crisis actual que era predecible con bastante anterioridad y por la que nada se hizo para proteger a la población.
Esta tradición federalista se ve reforzada por la “Europa de los Pueblos”, en la cual ven una salida para sus pretensiones no sólo ya los nacionalistas vascos y catalanes, sino también ciertos políticos andalucistas. Fácilmente se puede apreciar lo contradictorio de la política de unión a Europa que reclaman los políticos españoles, sobre todo cuando se produjo la independencia de Kósovo, fuertemente criticada en España por las implicaciones que dicho proceso puede desencadenar en un futuro en España. Una Europa que para nada sigue la línea indicada por Marx de priorizar las reivindicaciones de la clase explotada, dando mayor importancia a la “cultura”, una cultura idealizada y burguesa, fácilmente convertible en mercancía para el mercado común europeo.
Por otro lado vemos la apropiación del concepto de autodeterminación libre de los pueblos que se hace sobre todo por parte de políticos vascos. Un principio que surgió en Europa en el contexto de las revoluciones democrático-burguesas de 1848 y se promovió, sobre todo, para resolver el problema de las naciones oprimidas incorporadas forzosamente a los imperios Zarista y Austro-Húngaro. Por esto, resultó una aplicación mecánica su inclusión en los programas de los partidos comunistas del Occidente de Europa. Así, desde su constitución en los años 1920-21, el Partido Comunista de España también incorporó dicha política a un contexto nacional que nada tiene que ver con los problemas surgidos en dicha época en las naciones orientales de Europa.
A partir del año 1975, con la muerte del general Franco, el nacionalismo regional de ciertas zonas de España reencuentra el tema de al-Andalus en su literatura. El fenómeno es singularmente patente en Andalucía por haber heredado en exclusividad el nombre de al-Andalus que en realidad denominaba a toda la Península Ibérica, la única región de pasado hispanoárabe, equívoco fomentado por el uso de andaluz como sinónimo de andalusí, por lo que los musulmanes nacidos en Tortosa, Valencia o Zaragoza se convierten anacrónicamente en andaluces. El nuevo nacionalismo andaluz retoma literariamente a al-Andalus como algo propio en una tradición que es tanto popular como política, pues ya el nacionalista andaluz Blas Infante , fusilado en la Guerra Civil, había evocado literariamente la figura de al-Mu‘tamid, rey de Sevilla, así como en 1990 Antonio Gala publica su novela El manuscrito carmesí, en la que se retoma al moro granadino, pues gira sobre la figura de Boabdil, el último rey de Granada.
El día 28 de febrero no va a ser un día festivo para la mayoría de la población andaluza, un día en el que la realidad de nuevo está más viva que la fantasía mítica de la clase política, cuando ya no se puede seducir con falsas palabras idealistas o simples mitos para una cultura burguesa.
Añadamos a parte esta advertencia de Al-Qaeda del 7 de octubre de 2001:“El mundo tiene que saber que no vamos a permitir que se vuelva a repetir con Palestina la tragedia de Al Andalus”.

¿Por qué se juzga al juez Garzón?

El juez Garzón tiene abiertos estos días tres procesos penales, el referido al caso Gürtel por ordenar escuchas a los abogados defensores, otro proceso es debido a la financiación del Banco Santander de uno de sus cursos en los EEUU, estando dicho banco en un Proceso bajo su juzgado. Y el tercero al que voy a hacer referencia, por haber abierto y cerrado un procedimiento penal que venía de unas denuncias sobre desapariciones forzadas durante el franquismo.
Para explicar los hechos me remito a lo que dice Joaquín Leguina, bastante acertado:

“Garzón abrió esta causa a finales de 2006 y la cerró el 18 de noviembre de 2008. ¿Qué hizo Garzón durante esos dos años? Nada durante el primer año y medio y durante el otro medio año solicitó información (providencias del 28 de agosto y del 25 de septiembre de 2008) sobre desapariciones y enterramientos clandestinos en toda España. Asuntos ambos que no son competencia de la Audiencia Nacional, cuyo juzgado número 5 ocupa Garzón.
Pese a esa evidente falta de competencias, el 16 de octubre de 2008, el juez Garzón dictó un auto declarándose competente y para declararse competente introdujo en el procedimiento un nuevo delito: un delito contra altos organismos de la Nación (delito para el cual sí es competente la Audiencia Nacional), en el cual estaría incurso el “Alzamiento Nacional”. En dicho auto suministraba los nombres y apellidos de los responsables del “Alzamiento Nacional”, afirmando allí, por dos veces, que todos los implicados estaban ya muertos, como, por otro lado, era público y notorio.
Pese a que la notoriedad de los fallecimientos exime de probar la muerte de los implicados, Garzón requirió los correspondientes certificados de defunción. Y aquí viene el truco. ¿Para qué pidió esos certificados? Para –eso dijo él mismo- declarar extinguidas esas responsabilidades, lo cual suponía (implícita pero indudablemente) la existencia de esas responsabilidades. Una declaración de responsabilidad que es ajena a la capacidad de cualquier juez instructor.
Cuando le llegaron los certificados de defunción, Garzón, mediante otro auto, hizo lo que ya había anunciado: declaró extinguidas las responsabilidades y el proceso volvió a su ser inicial: las desapariciones forzadas, para cuya investigación el juez Garzón carecía y carece de competencia alguna. Es decir, Garzón se declaró incompetente apenas un mes después de haberse declarado competente.
En resumen, ¿qué investigación ha realizado Garzón respecto a las desapariciones denunciadas? Ninguna. ¿Qué investigación ha ordenado respecto al “Alzamiento Nacional”? Ninguna.
Pero, ¿ha infringido Garzón en este asunto alguna norma jurídica? Según algunos prestigiosos procesalistas, Garzón, durante este viaje a ninguna parte, se ha saltado: a) la prohibición de incoar un proceso de inquisición general, b) la norma que señala las competencias de la Audiencia Nacional, c) el artículo 25 de la Constitución, d) más de una decena de preceptos del Código Penal, e) otros tantos artículos de la Ley de Enjuiciamiento criminal, etc., etc. Actuaciones antijurídicas que el Juez Campeador ha emprendido bien a sabiendas o bien por ignorancia culpable, es decir, prevaricando.”

Expliquemos un poco y rápidamente la estructura del Estado español a nivel tecnológico, según palabras de Gustavo Bueno:

“Sobre el principio de separación de poderes, decía Montesquieu, “Toda sociedad en la que no esté garantizada la separación de poderes y la seguridad de derechos necesita una Constitución”. Pero este principio ideológico es inviable cuando se aplica al poder judicial, porque; Los jueces en un Estado de derecho constitucional, han de atenerse no ya a las leyes naturales interpretadas según su personal saber y entender, sino, en todo caso, a través de las leyes positivas del Estado. Según esto, el poder judicial no puede considerarse separado ni independiente del poder legislativo; La “fuerza de obligar” de las sentencias de los jueces o tribunales de justicia procede íntegramente de un poder ejecutivo que las haga cumplir, utilizando ordinariamente la violencia.
Según esto, el poder judicial, no es independiente ni del poder legislativo, ni del poder ejecutivo de ese Estado. Pero tal Estado, como Estado real, es necesariamente un Estado singular y concreto, no es un “poder de la Humanidad o del Genero Humano”. Ninguna declaración de los Derechos Humanos, en tanto que esta no esté recibida por cada Estado, con las salvaguardas pertinentes (por ejemplo, las establecidas ya por la Convención europea de 4 de noviembre de 1950), tiene fuerza de obligar al cumplimiento de sus normas.”

Ahora bien, de todos es sabido que el juez Garzón ha actuado como un juez Universal, y en el caso al que nos referimos como “Jesucristo juez”, que viene a juzgar a los vivos y a los muertos. A pesar de que los tertulianos diariamente suministran sus falsas informaciones de partido, está claro que parten del supuesto de la separación de poderes. Su papel está claro, ya sean tertulianos, ya sean periodistas, unirse a la comparsa de información que va a consumir un electorado con poco tiempo para analizar la realidad de las cosas. Fundamentalmente se basan en llevarse al terreno ideológico todo el caso, es decir, deslegitimando dicho proceso porque según ellos es una conspiración de “la derecha” heredera del “franquismo”, básicamente la perspectiva que se busca para dicho proceso por parte de la socialdemocracia. Dirán que el proceso lo ha llevado a cabo Falange y responderán que poco tienen que decir por consiguiente al respecto, pero resulta que bien a sabiendas o por ignorancia suprema prefieren mantenerse al margen. Sin embargo, si miramos el arco parlamentario actual, a el que si están dispuestos a escuchar los tertulianos-periodistas-ministros, vemos partidos políticos como IU, un grupo comunista o por otro lado y siendo la mayoría, grupos nacionalistas separatistas, en definitiva, partidos políticos que constantemente están contra España y contra la convivencia. Paradójicamente internet parece ser que va a conseguir agravar aun más la información consumida, sobre todo si tenemos en cuenta que cada grupo de comunicación cuenta con una serie de contadores en tiempo real de la información consumida, lo cual deja claro qué artículos interesan más en cada momento pudiendo seguir los dictados de las mayorías, que basan sus opiniones diarias en este tipo de lecturas, superficiales, rápidas, de partido, etc. Y la verdad es que partiendo de la realidad de la interrelación de ambos poderes ejecutivo-legislativo-jurídico, se puede estar casi seguro de que tales actuaciones del juez Garzón están apoyadas y sustentadas por la ideología del partido Socialista, en busca de distraer la atención de un electorado  demasiado preocupado por la crisis económica, a punto de entrar en fase galopante. Para dar constancia de tal suposición, voy a referirme a varias evidencias, primero atendiendo de nuevo a las palabras de Gustavo Bueno y en segundo lugar retrocediendo en el tiempo para apoyarme en otras supuestas evidencias que vienen ya de más lejos.

“La ley de amnistía del 15 de octubre de 1977 había formulado el espíritu de la transición que soplaba en las gargantas de toda la izquierda cuando gritaba por las calles de España: “¡Libertad, Amnistía, Estatuto de Autonomía!”. La ley de Amnistía era sin duda una ley del olvido: “Quedan amnistiados –decía su artículo 1- todos los actos de intencionalidad política, cualquiera que fuese su resultado, tipificados como delitos y faltas, realizados con anterioridad al 15 de diciembre de 1976”.
Por supuesto, de la ley de Amnistía no cabría deducir la inconstitucionalidad de la Ley de Memoria Histórica, entre otras cosas porque, podría decirse, la Ley de Amnistía era “preconstitucional” (respecto a la Constitución de 1978).
No es la pasión por la historia la que mueve los deseos, a los cuales, por otra parte, nadie se opuso jamás. Fue la política electoral, que sin duda veía en esa memoria histórica un modo de mantener vivo el recuerdo del “franquismo”, presentado como la causa única de todos los crímenes del pasado, de un paso que empezó a contar, además, el 18 de julio de 1936. Como si el día antes, la semana anterior, el año antes, no hubiera estado España pletórica de crímenes perpetrados por pistoleros o de homicidios (por no entrar en más detalles) promovidos por la Revolución de Octubre de 1934, cuando los dirigentes más relevantes del Partido Socialista Obrero Español, las Juventudes Socialistas, comunistas y anarquistas, intentaron dar un “golpe preventivo” contra el gobierno de la segunda República a fin de instalar una especie de República soviética o acaso el Comunismo libertario.
Y el interés por esos recuerdos vivos ofrecidos por “la Memoria Histórica” tiene una explicación clara que simultáneamente se dé por supuesta –como se da, de hecho- la afinidad de los adversarios políticos (el PP, “la derecha”) con el franquismo: “la derecha es criptofranquista” (y además “las izquierdas” no tienen hoy otra forma de definir a “la derecha”).
Estimular la memoria histórica se convierte así en la mejor manera de mantener viva la aversión contra “la derecha” y asegurarse la fidelidad de un electorado que daba síntomas de cansancio. Cataratas de euros fueron invertidos por el Gobierno Central y por los de las comunidades autónomas y municipios para organizar conferencias, publicaciones, películas, series de televisión, sobre asuntos de la Guerra Civil y del franquismo, con el mensaje de identificar sutilmente, y a veces de un modo explícito, la derecha de hoy con el franquismo.”

Aquí nos ha contado Gustavo Bueno como está íntimamente relacionada la Ley de la Memoria Histórica con la crítica al PP, para la obtención de votos y apoyos. Y habría que dejar claro que no se trata de hacer una defensa del Partido Popular, sino que de lo que se trata es de criticar y hacer ver una de entre las muchas estrategias sutilísimas de manipulación de la sociedad española. Ahora vamos a retroceder en el tiempo, concretamente a todo lo sucedido en Europa tras la Segunda Guerra Mundial, donde las democracias de Europa Occidental, daban la espalda a los crímenes del comunismo en Europa Oriental y en todo el mundo básicamente, y al mismo tiempo y como forma de mirar hacia otro lado se sumergieron en un debate de recuperación de la “memoria histórica” de las víctimas del nazismo a partir de los juicios de Nuremberg, un tribunal, que aunque ideológicamente actuaba en nombre de la Humanidad y de los derechos humanos, tecnológicamente era un tribunal que representaba a los vencedores, juzgando a los vencidos en la guerra.
Nos contaba Françoise Revel lo siguiente al respecto:

“El mismo día en que el presidente Chirac se expresaba en Oradour, nuestro primer ministro, Lionel Jospin, que no quería quedarse atrás en la carrera ética hemipléjica, hacía “turismo de memoria” en Auschwitz en compañía de su mujer, de origen polaco. ¿Quién puede no agradecérselo? Jamás se recordará lo bastante la “unicidad de la Shoah”, en expresión de Alain Besançon. Sin embargo, hay que lamentar que nuestros dos “turistas de la memoria” no se hayan puesto al “deber” de aprovechar que estaban en Polonia par acercarse a Katyn. El deber de memoria es Universal o no es más que fariseísmo partidista. Servirse de las víctimas del nazismo para enterrar el recuerdo de las del comunismo es insultar su memoria.”

“Con respecto al caso Bourdarel, un militante comunista durante la guerra de Indochina, ejerció, de 1952 a 1954 las funciones de “reeducador” de sus propios compatriotas, prisioneros franceses, en un campo del Vietminh. Como los acuerdos de Ginebra provocaron un ajuste de personal en esa profesión, Boudarel se encontró en el paro y se puso al día en la enseñanza para terminar como profesor de Historia en la Universidad París VIII donde, como tuvieron la cara de decir algunos de sus colegas en su defensa, “era muy estimado como especialista...en cuestiones vietnamitas”. Un día, durante un coloquio público, fue reconocido por unos ex prisioneros supervivientes del campo 113 en el que había ejercido su talento (70 por ciento de muertos) quienes, el 3 de abril de 1991, interpusieron una querella contra él por crímenes contra la humanidad. Inmediatamente, la izquierda se moviliza: artículos y peticiones por doquier a favor de Boudarel. La justicia francesa –independiente del poder del Estado pero no del poder ideológico- no fue sorda a esa campaña, dictada por tan elevado sentido de los derechos humanos. El 1 de abril de 1993, el Tribunal supremo rechazó el recurso de los antiguos prisioneros del campo 113. Declaró que se había cometido un error al considerar que los hechos de los que se acusaba a Georges Boudarel constituían crímenes contra la humanidad (y, por tanto, que no había prescrito y a los que no afectaba la ley de amnistía de 1966) pues, dice el tribunal, “los crímenes contra la humanidad son crímenes cometidos durante la II Guerra Mundial por parte de los países europeos del Eje”. No sólo se trata de una falsificación de la historia sino de un llamamiento al asesinato. ¿Para que preocuparse si no son punibles los crímenes contra la humanidad cometidos tras la II Guerra Mundial y por otros Estados criminales que no sean las potencias del Eje? ¿Todos los demás asesinos tienen de antemano asegurada la impunidad? ¿Por qué se persigue entonces a Pinochet o a Milósevic?
Limitar la definición a las potencias del Eje y sólo al periodo de la guerra es, pues, contrario a toda la evolución del derecho que tuvo lugar después de Nuremberg y que recientemente ha desembocado en la instauración de un Tribunal Penal Internacional. Es además, tan absurdo como lo sería limitar, en derecho común, el asesinato con premeditación a los actos cometidos durante el periodo, pongamos, del 1 de enero de 1930 al 31 de diciembre de 1935 y además con la condición de que el asesino haya tenido lugar en los departamentos cuyos números vayan del 1 al 30. Semejante tontería por parte de unos juristas tan eminentes sólo la explica el postulado, imperativo, subyacente y omnipresente, de que los crímenes comunistas no deben en ningún caso clasificarse en la categoría de crímenes contra la humanidad, ni siquiera en la de crímenes realmente existentes.
Una verificación experimental de hasta que punto este postulado es todopoderoso se produjo con motivo de la demanda de extradición de Pinochet por un juez español. Usándolo como precedente, los vietnamitas de la diáspora tuvieron la idea, durante el tercer trimestre de 1998, de presentar una querella contra cierto número de dirigentes de Hanoi. La respuesta fue que no se podía admitir a trámite porque los casos que habían presentado entraban dentro de la prescripción que afecta a los actos que se remontan a más de diez años, incluso los asesinatos, torturas y secuestros de que habían sido víctimas los padres de los querellantes. Los actos del mismo tipo que se le imputan a Pinochet también se remontan a más de diez años. La conclusión es que los crímenes contra la humanidad no prescriben cuando los comete un dictador clasificado como “fascista” y, de repente, prescribe cuando los autores son comunistas. La doctrina de la “excepción comunista” es muy clara pero no viola las leyes internacionales en vigor como el nuevo código penal francés.
La ambivalente actitud de los dirigentes y los medios de comunicación democráticos frente a los totalitarismos alcanza la cima del cinismo y comicidad políticos en sus relaciones con Fidel Castro. En efecto, en nuestras democracias no se ignora prácticamente nada de las violaciones de los derechos humanos debidas al caudillo de La Habana. La prensa, incluso de izquierda (excepto la propiamente comunista y Le Monde diplomatique) no ocultan ya el carácter ferozmente represivo de su régimen policial. Y, sin embargo, Castro es invitado, recibido y agasajado por doquier. Los primeros ministros, los obispos y hasta el Santo Padre hacen cola para tener el honor de ser recibidos por el barbudo sanguinario. El bufón exterminador les toma el pelo con promesas vanas, de esas que les entusiasman a los idiotas útiles. Los ilusos se despiden dando encantados una rueda de prensa en la que se felicitan por las buenas intenciones del dictador. Y apenas su avión ha despegado cuando una vuelta de tornillo suplementaria de la policía cubana pone en ridículo su patética credulidad. Es lo que podría llamarse la paradoja cubana. La izquierda protege a Castro sin que ello signifique que alimenta ninguna ilusión hacia él.”

Hasta aquí voy a dejar el asunto, que ya hay bastante, pero no sin antes dejar otro párrafo de Joaquín Legina que viene muy al caso de lo dicho anteriormente con respecto a la izquierda europea, concretamente la francesa.

“¿Con qué objeto se ha metido Garzón en este jardín?
Responder a esta cuestión no es fácil, pero conociendo al personaje, no es arriesgado suponer que pretendía abrir una causa general contra el franquismo (imitando a la que Franco abrió contra la II República) al amparo de la última moda ideológica, aquella que sostiene que la Transición fue producto de la cobardía, como lo fue la Ley de Amnistía de 1977. Ley que el mismo Garzón consideró aplicable cuando alguien quiso abrir un proceso penal a causa de los asesinatos cometidos en Paracuellos y en Torrejón a finales de 1936. Una Ley que según la moda revisionista hoy tan en boga no se aprobó en aras de la reconciliación nacional, sino para dotar de impunidad a los franquistas… y, claro, según los neo-antifranquistas (éste es el último carro al que se ha subido el juez estrella), ha llegado la hora, por fin, de hacer justicia.
¿Y quién  está mejor dotado para hacer “Justicia universal” que el juez de marras?”

domingo, 21 de marzo de 2010

Héroes granadinos en una ciudad afrancesada


Ha pasado el año de la celebración en distintos puntos de España del alzamiento contra los franceses, de lo que a partir de entonces fue la instauración de la nación política española. Un cambio muy importante en la historia del país que aun sigue teniendo sus repercusiones. El país entero se unió en la lucha contra el invasor dando ejemplo al resto de Europa que seguía muy de cerca los sucesos de aquellas jornadas.
Como granadino, vecino de Lobres, pequeño pueblo de la costa, dedicaré este primer artículo a rememorar algunos nombres y hechos acaecidos en dicha provincia.

Los franceses ocuparían la ciudad desde 1810 hasta 1812, dos días antes de su llegada se podía leer en el Diario de Granada:

Es innegable el mérito que han contraido algunas ciudades y provincias en el tiempo de nuestra heroica resistencia, y que se han llenado de gloria. Granada por su parte, aunque hasta ahora ha tenido la felicidad de no ser invadida, ha hecho tales sacrificios que es acreedora a los mayores elogios. En esta crítica ocasión no hay duda que por verla libre de tan terrible azote, volarán a defenderla sus hijos en el momento, para que jamás se disminuya la gloria que han adquirido. Si a más del patriotismo que siempre ha influido a tan dignos hijos de esta heroica Ciudad, puede estimularles algunos recuerdos de la inmortal Zaragoza lean los siguientes versos que se hallan en uno de los poemas escritos en elogio de aquella ínclita Ciudad”.

Pero a la llegada de estos a Granada no hubo resistencia alguna, pactando el ayuntamiento afrancesado de la ciudad una sumisión total para que no se produjese ningún tiroteo, así como también se abortó las conspiraciones que siguieron a la quema del retrato de Godoy en la Plaza Nueva (abril de 1808), al horroroso asesinato de Trujillo, el marido de una hermana de la famosa Pepita Tudó (30 de mayo, conocida por su relación con Godoy), ni la Batalla de Bailén y su espléndida victoria, ni los tristísimos espectáculos de las ejecuciones que se efectuaban en el Triunfo, en las cuales pereció el heroico capitán Moreno, consiguieron regularizar el sentimiento de protesta contra la invasión napoleónica, y el alcalde de Otivar, que inició una insurrección general y se apoderó de fuertes posiciones en Motril y otros puntos de la costa, vio fracasado su noble y patriótico ardimiento. Sin embargo, héroe granadino fue el defensor de Gerona, Álvarez de Castro y el alcalde de Otivar, así como muchos héroes anónimos de aquellas jornadas.
En el ayuntamiento, a la derecha de la presidencia, en el salón de sesiones de la casa antigua que ocupara frente a la capilla real, leíase esta inscripción: “A D. Mariano Álvarez, natural de esta ciudad, gobernador de Gerona y su defensor extraordinariamente heroico contra las tropas de Napoleón.- El Ayuntamiento constitucional de Granada a 19 de marzo de 1814”.

Me ha sido imposible encontrar, de momento, ninguna referencia a algunos de los hechos del alcalde de Otivar (menos aun encontrar sus memorias), de quien he rebuscado mucho para encontrar información, aunque sí he leido pequeñas referencias y comentarios de alabanzas hacia dicho personaje.
El alcalde de Otivar, Juan Fernández Mañas, también conocido como El Tío Caridad, muere en Almuñecar en 1815, fue un duro guerrillero contra los franceses en las Alpujarras a partir de 1810. Escribió unas memorias ayudado por algún amigo, sobre los hechos que protagonizó, estas quedaron en custodia de su familia. Lo menciona Alarcón en La Alpujarra, y Lafuente Alcántara en Historia de Granada; luego, Gómez de Arteche se hizo con una copia, al parecer fragmentaria. En 1893 Eduardo Ligero Fernández, dueño del documento, lo regaló a Natalio Rivas, presidente de la Diputación de Granada: eran dos cuadernos, uno con el relato y otro con documentos autentificados. Rivas hizo gestiones para publicar el texto en 1897 ante Canovas, a quien pidió un prólogo y le hizo cesión del primer cuaderno. Tras la muerte del político no pudo recuperar el manuscrito, aunque guardó una copia. Sólo en un discurso pronunciado en 1940, ante la Academia de Historia pudo dar a conocer la obra; desde la página 21 vacía su contenido, que comienza con la invasión de Granada a principios de 1810: “Aquí principiaron a hervir en mi pecho los más amargos sentimientos y a conocer los efectos del verdadero patriotismo”.

Fuentes:
La Alhambra, 30 de septiembre de 1907, “Granada y el centenario de la Guerra de la Independencia”, El Bachiller SOLO.
La Alambra, 31 de marzo de 1918, “Los periódicos granadinos en la Guerra de la Independencia”, Antonio Gallego y Burín.
Fernando Durán López, “Nuevas adiciones al catálogo de la autobiografía española en los siglos XVIII y XIX (segunda serie)”, Universidad de Cádiz.

La República Solitaria


En 1934 España estaba inmersa en tal violencia que la llegada de una guerra civil era ya cuestión de tiempo. Por un lado había una gran dificultad de entendimiento entre radicales y cedistas, con un Gil Robles en el gobierno que no se cortaba a la hora de apasionar los ánimos y por otro lado Largo Caballero impaciente desataba torbellinos de subversión en sus discursos.



“La democracia no es para nosotros un fin, sino un medio para ir a la conquista de un Estado nuevo. Llegado el momento, el Parlamento o se somete o le hacemos desaparecer” (Gil Robles).

Quizá, Largo Caballero asumió orgullosamente el apodo del “Lenin español”, que le colocó su colaborador en el Ministerio de Trabajo, Araquistain. Dicho apodo podía arrastrar a las masas a unírsele, ya que fácilmente se identifica a Lenin con las masas proletarias explotadas, también puede ser tomado como una toma de posición y advertencia hacia una inminente revolución del proletariado.

“Se dirá: ¡Ah, ésa es la dictadura del proletariado! Pero ¿es que vivimos en una democracia? Pues ¿qué hay hoy, más que una dictadura de burgueses? Se nos ataca porque vamos contra la propiedad. Efectivamente.
Vamos a echar abajo el régimen de propiedad privada. No ocultamos que vamos a la revolución social. ¿Cómo? (Una voz en el público: ¡Como en Rusia!). No nos asusta eso. Vamos, repito, hacía la revolución social… mucho dudo que se pueda conseguir el triunfo dentro de la legalidad.
Y en tal caso, camaradas, habrá que obtenerlo por la violencia… nosotros respondemos: vamos legalmente hacia la revolución de la sociedad. Pero si no queréis, haremos la revolución violentamente (gran ovación). Eso dirán los enemigos, es excitar a la guerra civil… Pongámonos en la realidad. Hay una guerra civil… No nos ceguemos camaradas. Lo que pasa es que esta guerra no ha tomado aun los caracteres cruentos que, por fortuna o desgracia, tendrá inexorablemente que tomar.
El 19 vamos a las urnas… Mas no olvidéis que los hechos nos llevarán a actos en que hemos de necesitar más energía y más decisión que para ir a las urnas. ¿Excitación al motín? No, simplemente decirle a la clase obrera que debe preparase…
Tenemos que luchar, como sea, hasta que en la torres y en los edificios oficiales ondee, no la bandera tricolor de una República burguesa, sino la bandera roja de la Revolución Socialista”. (Largo Caballero, El Socialista, 1933).

Las partes en confrontación no daban lugar a un entendimiento mutuo que pudiese prosperar en una mejora de la situación en España. La República que había comenzado de una forma pacífica daba síntomas de deterioro, en parte porque los socialistas de Largo Caballero pretendían utilizarla para su propia revolución al margen de la legalidad y la llegada de la derecha social de la CEDA, expulsó a los socialistas de la toma de decisiones en el gobierno.
No hay que olvidar en estos tiempos en que el PSOE se apropia del concepto de socialismo (como si fuera propio de la supuesta “izquierda” que representa este partido) que este fue definido por Marx como una fase que precede al comunismo. En realidad, lo que representa este concepto oscuro y engañoso en el PSOE es el programa social que pueda llevar a cabo, que en ningún caso es genuinamente de izquierda, porque los demás partidos políticos tienen también su propio programa social como es el caso del PP, por lo que tan socialista es el PSOE como el PP, y tan socialista pudieron ser los socialistas liderados por Largo Caballero como después lo fue el régimen de Franco.
Besteiro, que se encontraba en disconformidad con las posturas de Largo caballero decía que el porvenir socialista era "pésimo" porque el "ciempiés bolchevizante está solo y señor en el horizonte proletario...”. Besteiro hubiera preferido no colaborar con la República e intentar ir influenciando poco a poco en la legislación y en los organismos de carácter social reformista, aduciendo el ejemplo de la política capitalista llevada a cabo por Roosevelt en los Estados Unidos. Tanto Besteiro como Caballero entendían perfectamente las palabras de indignación de Azaña, cuando camino a un mitin en Mestalla, masas violentas salían a las estaciones gritando: ¡abajo la Burguesía!, a lo que, Azaña harto de oírlo en cada estación, se asomo a la ventana y le gritó a la multitud: ¡idiotas! ¡Yo soy un burgués!
La Guerra Civil pudo haberse evitado si las pasiones hubiesen sido controladas, la República al disponer de las Fuerzas Armadas y la Guardia Civil tenía el poder de controlar cualquier acto de rebeldía y subversión contra esta, pero se le dio la espalda y Azaña, en otro mitin esta vez en las afueras de Madrid, decía: ¡No me llevéis al poder si no me vais a dejar gobernar!

La Revolución de Octubre de 1934 será el punto de no regreso y de disolución de la República, tomada como rehén por los revolucionarios. Los socialistas de Largo Caballero encabezaron el movimiento y Azaña fue detenido en Barcelona, procesado y encerrado en un barco.

“Un llamamiento a toda España
los asturianos deben hacer,
para la lucha contra el fascismo
y destruirlo como un vil ser
Salud y suerte a los compañeros,
vengar tendremos todo este horror
El socialismo es nuestra bandera,
¡Vivan los soviets, viva la unión!
Habanera roxa (canción)”.

El dualismo marxista de comunismo/capitalismo fue adoptado por los revolucionarios asturianos en su versión estalinista de fascismo/comunismo, y esta era la fórmula que justificaban para dicha revolución, la lucha contra los fascistas, que a partir de entonces fue utilizada para denigrar a los adversarios de la izquierda, llegando hasta la actualidad su utilización. Pero el término fascista ya no tuvo a partir de entonces una connotación política, sino que fue reducido a un simple insulto. Los revolucionarios aducían que era un “golpe preventivo” contra un supuesto golpe de estado que los fascistas de la CEDA y sus aliados estarían preparando.
Este término es la justificación que se dio para la lucha armada, una formula simplista de apropiarse de las pasiones de las masas. Aun hoy día persiste la creencia de que el régimen franquista fue de ideología fascista, un régimen que una vez terminada la Guerra Civil se deshizo rápidamente de los falangistas que habían colaborado en el alzamiento de 1936. Si persiste aun esta idea hoy, es debido a la necesidad de una supuesta “izquierda” de justificar su papel en la política española como contraposición a una oposición “fascista”, principalmente debido al vaciado de iniciativas verdaderamente políticas, una oposición que es identificada con un régimen franquista fascista.

sábado, 20 de marzo de 2010

Tópicos de Montesquieu


CARTA LXXVIII
RICA á USBEK, á ......

Te envío copia de una carta escrita por un Frances que se halla en España y creo que gustarás de verla.
"Seis meses hace que viajo por España y Portugal, y vivo en pueblos que desprecian a todos los demás, haciendo únicamente a los franceses la honra de aborrecerlos.
Es la gravedad el carácter de dos modos principalmente, por los anteojos y los bigotes. Los anteojos son prueba demostrativa de que el que los gasta es sujeto consumado en las ciencias y se ha engolfado en profundos estudios tanto que se le ha cansado la vista; de suerte que toda nariz oranada o cargada de anteojos se reputa, sin contradicción una nariz doctísima. El bigote es respetable por sí propio y no respecto a sus consecuencias, puesto que no pocas veces acarrea mucha utilidad al servicio del príncipe, y en provecho de la nación, como lo mostró un célebre general portugués en la India, que encontrándose falto de dinero, se cortó uno de sus bigotes y envió a pedir veinte mil doblones sobre esta prenda a los vecinos de Goa, que inmediatamente se los prestaron, y luego desempeñó honradamente su bigote. Bien se echa de ver que unos pueblos tan flemáticos y graves como estos han de ser altivos, y efectivamente lo son, fundando su arrogancia en dos cosas de no poca entidad. Los que viven en el continente de España y Portugal tienen mucha vanidad, cuando son lo que llaman cristianos rancios; esto es, cuando no son oriundos de aquellos a aquienes ha persuadido la inquisición en los postreros siglos a que abracen la religión cristiana. Los que viven en Indias no tienen menos arrogancia cuando contemplan que les asiste el mérito sublime de ser, como dicen, hombres de casta blanca. Nunca hubo en el Serrallo del Gran Señor sultana más ufana con su hermosura, que lo está el ximio más viejo y más feo con la blancura de su cutis color de aceituna, cuando en un pueblo de la Nueva España se sienta con sus manos cruzadas a la puerta de la calle: sujeto de tamaña importancia, criatura tan perfecta no trabajará por todos los tesoros del orbe, ni se resolverá nunca a comprometer con una soez y mecánica industria la dignidad y la nobleza de su cutis. Porque se ha de saber que cuando goza una cierta prerogativa en España, por ejemplo cuando con las prendas que acabo de circunstanciar junta la de ser poseedor de una espada ancha, o haber aprendido de su padre la habilidad de rascar una disonante vihuela, ya no trabaja, interesándose su pundonor en el sosiego de sus miembros. Quien se está sentado diez horas al día consigue cabalmente doble aprecio que quien no lo está más que cinco, porque se grangea la nobleza repantigándose en una silla. Mas si bien hace alarde todos estos enemigos del trabajo de una tranquilidad filosófica, no la tienen en el pecho, porque siempre están enamorados, y son los hombres más dispuestos que hay en el mundo a morirse de puro derretidos bajo las rejas de sus damas, de manera que todo español que no está acatarrado no es tenido por aficionado al bello sexo. Primero son devotos, y después celosos. Se guardarán muy bien de exponer a sus mujeres a los embates de un militar acribillado de heridas, o de un magistrado decrépito; pero las encerrarán con un fervoroso novicio que baje los ojos, o con un franciscano robusto que los levante. Permiten que salgan sus mujeres a la calle con los pechos al aire, pero no que enseñen el talón, o que descubran la punta del pie. Dicen que en todas partes son crueles los rigores del amor, pero en España lo son más que en cualquier otra. Las mujeres sanan a los españoles de sus quebrantos, pero es para darles otros, y muchas veces les queda una penosa y duradera memoria de un apasión ya muerta. Usan de ciertas ceremonias corteses que parecerían muy impertinentes en Francia: así nunca apalea un capitán a un soldado, sin pedir que le de licencia, ni quema la inquisición a un judío, sin rogarle que la perdone. Los españoles que no son quemados son tan adictos a la inquisición que fuera cargo de conciencia el quitársela. Yo quisiera que estableciesen otra, no contra los herejes, sino contra los heresiarcas que atribuyen a frívolas ceremonias fraileras las propia eficacia que a los sierte sacramentos, adoran todo cuanto veneran, y es tanta su devoción que no tienen cristiandad. Entendimiento claro y sana razón se encuentra en los españoles, más no se busque en sus libros. Vease una de sus bibliotecas; novelas a un lado, y escolásticos a otro; cualquiera diría que han hecho ambas partes y reunido el todo un enemigo secreto de la razón humana. El único buen libro que tienen es el que ha hecho ver lo ridículo que eran todos los demás. Han hecho inmensos descubrimientos en el nuevo mundo, y aun no conocen su propio continente; en sus ríos hay puentes que todavía no están descubiertos, y en sus montañas pueblos que no conocen."
Mucho celebraría, Usbek, de ver una carta escrita a Madrid, por un español que viajase por la Francia, que bien creo que vengaría su nación. ¡Que campo tan vasto para un sujeto flemático y contemplativo! Se me figura que empezaría la descripción de París del modo siguiente. "Aquí hay una casa donde encierran a los locos: era de presumir que fuese la más espaciosa del pueblo; más no, que sería mezquino remedio para tanta enfermedad. Sin duda los franceses que están reputados por tan de poco seso entre sus vecinos meten algunos locos en una casa, para que crean que están en su juicio los que viven fuera." Pero dejemos a mi español. Adios, amado Usbek.

De París, a 17 de la luna Safar, 1715.


Montesquieu, Cartas Persas, 1717.

Contemplativos

Goya, La pradera de San Isidoro, 1788.

Granada, Fiesta de la Primavera.

















Contraviniendo la voluntad y las amonestaciones claras del Excmo. Sr. (tenía la Gran Cruz) D. Alejandro Sánchez Botín, Isidora fue a la pradera de San Isidoro, acompañada de su doncella, de Riquín, de D. José de Relimpio y de Mariano. La prisionera del Sátiro no podía ya el anhelo de expansión, de correr libremente, de ser dueña de sí misma un día entero, y, principalmente de darse el gusto de la desobediencia. Haciéndole rabiar gozaba más que divirtiéndose ella. Ya se aplacaría el tirano, pronunciando un par de buenos sermones, y si no se aplacaba, mejor. Estaba cansada de tan grande y molesto estafermo, y bien podía suceder que no haciendo caso de sus insufribles exigencias llegase a dominarle y someterle. Para fundar este imperio convenía un golpe de Estado.

Entre su doncella y la peinadora la cistieron de chula rica. Aquella mañanita de San Isidro, mientras duró el atavío chulesco, todo era regocijo en la casa, todo risas y alegrías. Don José andaba a gatas sirviendo de caballo a Riquín, ya vestido desde el amanecer de Dios, y Mariano cantaba en la cocina rasgeando una guitarra. El vestirse de mujer de pueblo, lejos de ofender el orgullo de Isidora, encajaba bien dentro de él, porque era en verdad cosa bonita y graciosa que una gran dama tuviera el antojo de disfrazarse para presenciar más a su gusto las fiestas y divertimientos del pueblo.

Isidora sentía un regocijo febril y salvaje. Todo le llamaba la atención, todo era motivo de grata sorpresa, de asombro y de risa. Nunca como entonces le saltó el dinero en el bolsillo y le escoció en las manos, pidiéndole, por extraño modo, que lo gastase. Lo gastaba a manos llenas, y si hubiera llevado mil duros, los habría liquidado también. A los pobres sin número les daba lo que salía en la mano.

Benito Pérez Galdós, La Desheredada, 1881.

Por una parte la época que retrata Goya, con una nobleza decadente, ociosa y entregada a las modas, viviendo una época al filo de la navaja, pero sin mayor preocupación al caso. Por otro lado nuestro presente, donde todo llega a todos, y consumimos tal cantidad de productos que en ningún momento de la historia pasada ha podido ver ningún hombre. Siempre viviendo al filo de la navaja, pero sin mayor preocupación al caso.
Las clases nobles de hoy, como ayer, nobles por el prestigio de sus antepasados, acceden igualmente a todo, porque todo llega a todos. Lo único que varía es el precio de los productos que vienen a ser lo mismo. Han de convivir entre grandes multitudes y en ciertos momentos, les sobreviene la nostalgia, incapaces de ver su reflejo vaporoso, perdidos en un tumulto.

Las visiones oníricas

(El Bosco, El juicio Final)

La visión durante los sueños consiste realmente en la captación instantanea que lleva a cabo el alma racional, en su esencia espiritual, de las imágenes de los acontecimienos.[...] El alma se apodera del conocimiento de los acontecimientos futuros que desea conocer y lo convierte en percepciones sensibles. Si la captación es débil e imprecisa, el alma las conforma como alegorías o fantasías que mecesitan interpretación. [...] Su categoría espiritual está por debajo de la de los ángeles. [...] Dios otorgó a los humanos la posibilidad de levantar el velo de los sentidos durante el sueño. [...] Se recoge en el Sahih que el Profeta dijo: "Las visiones oníricas son de tres tipos: las que inspira Dios, las que inspiran los ángeles y las que inspira el demonio". Las nítidas provienen de Dios; las alegóricas, que requieren interpretación, provienen de los ángeles; y las "marañas de sueños" provienen del demonio porque todas ellas son vanas, y el demonio es el origen de la futilidad. [...] En el Kitab al-Gaya y en otras obras de este tipo se mencionan palabras que deben pronunciarse justo antes de dormirse para provocar la visión de lo que se desea conocer, y que reciben el nombre de "propiciadoras de visiones oníricas"[...] Se trata de la fórmula en lengua no árabe "tamagis ba`da an yaswad wa-gadas nawfana gadis" tras la cual se expresa el deseo, y el que lo hace verá cómo se le presenta en sueños lo que ha solicitado. [...] A mí mismo me ocurrió que tuve, pronunciando estas palabras, una extraña visión en la que supe cosas que deseaba conocer sobre aspectos de mi vida.

Ibn Jaldún, al-Muqaddima, 1377.

Comentarios paganos parecidos suelen escucharse aun hoy día sobre los sueños, concretamente en la España católica. Recuerdo de alguien que me contó una vez que si eres capaz de darte cuenta del sueño que estas teniendo en ese momento, es decir dentro del mismo sueño "estas despierto", se te presenta un señor al que debes dirigirte haciéndole preguntas directamente sobre tu vida, el cual te va a responder a lo que le preguntes. No he hecho la compoaración con la tradición católica sobre estas cuestiones, pero cuando pueda "me pondré al lío".

El Socialista Sentimental, de Francisco Umbral


Extracto

Una noche fuimos la Susan y yo a una movida de don Enrique Tierno Galván, nuevo alcalde de Madrid, era en la plaza del Dos de Mayo y allí estaban los progres como sardinas, chicos y chicas, como en un concierto de los Rolling, sólo lucían las candelitas de los mecheros y había porros y botellas en cantidad, se estaba a gusto entre aquella multitud, nos hacen viejos, Susan, le dije digo a la Susan, los habría hasta de quince años, con su porro trompeta, que no sabían hacérselo, un olor a maría que tiraba para atrás, cuando llegó el profe, o sea, el viejo profesor, tuvo una ovación como los roqueros, igual, y le enfocó la tele y llegaba con su chaqueta cruzada y sus gafas tan limpias, como un señor antiguo o un procurador, se metía la mano derecha debajo de la solapa y con la izquierda actuaba, quiero decir que la movía como un cura, despacio pero con elegancia, «¿estáis todos colocados, hijos míos?, sííííí... ¿bien colocados?, sííííí, pues hale, a colocarse todos a gusto», y él subido en una tarima y miles de punkis alrededor, don Enrique, el único socialista a quien llamábamos de usted, hablaba de la justicia, la libertad, la cultura, el poder, y a los socialistillas nuevos los llamaba «esos chicos calvitos», Bustarviejo me tenía dicho a mí que Tierno era un marxista mecanicista, y eso con qué se come, en esto que la Susan me pasa un porro manchado de carmín, con las puntas de los dedos, la Susan no se pintaba de modo que suyo no era el carmín, pero había que tirar para adelante, le di una chupada y se lo pasé a una anoréxica rubita que estaba a mi lado, don Enrique seguía hablando y hasta cantó algo de gregoriano, toda la plaza cantó gregoriano, vaya movidón, Susan, y nosotros también, aquello parecía un entierro de un rey, pero en cachondeo, y así pasamos la noche y luego anduvimos por los cafés de Malasaña, Manuela y eso, donde daba
clases de griego García Calvo, que vino cuarentón de París, ni mayo del 68 ni goche divine ni hostias, nada como las movidas de don Enrique, nos acostamos de madrugada y echamos un caliqueño sin comerlo ni beberlo, que andábamos flotantes, es lo que me decía Bustarviejo al día siguiente, sí, Asís, Tierno es un marxista mecanicista, en efecto, pero es además un socialista culto, inteligente, que sabe conquistar a las masas, aquí en el partido no le quieren, lo ven peligroso, los intelectuales no tenemos nada que hacer con Felipe, salvo los cuatro que él lleva a la bodeguilla, pero en todo partido está prohibido el pensar, el tipo con iniciativas, el heterodoxo, Marx condenó el «aventurerismo revolucionario», como decía él, y en eso se basan para prohibir a la gente que piense, que se salga de la disciplina, que tenga ideas, pero todos los partidos son iguales, ya te digo, y el comunista peor, lo de Tierno es una aventura personal que se acabará en él, como eso que me cuentas del bocadillo, seguramente ese Moreno es un hombre de mérito para la revolución, y algo ha conseguido de momento, pero en la Federación empezarán a controlarle y, por otra parte, tu banco no creas que se lo va a perdonar, ése ya no hace más carrera, la verdad es que un intelectual no puede vivir ni dentro ni fuera del partido, y ahí veía yo en Bustarviejo al resentidillo, al hombre que quería un carguete, o publicar sus artículos y sus versos en los órganos del partido, y me daba como pena de él, y quién soy yo para tener lástima de este cráneo privilegiado, como dicen en el teatro, si no hago más que aprender cosas de él, el bar donde acudíamos estaba pintado de verde, con la televisión al fondo, sin sonido, y tenía una actividad continua, pero no ruidosa, buena para hablar allí con los vasos en el zinc, y material de mucho picar debajo de la cristalera, y una cueva de jamones al fondo, Bustarviejo, ¿hace un huevo duro para cada uno?, y nos tomábamos el huevo duro con sal y el riojita y a mí me parecía que ésa iba a ser toda la cena de mi amigo, solo en su
casa, que yo creo que no cenaba nunca, como los hidalgos de los libros, por la escuela mayormente, al bar acudían también otros grupos de la sede, cuando salían de alguna reunión, y nos saludaban como compañeros, a ver, pero distantes, una vez me pareció oír a mis espaldas «ese Bustarviejo le está comiendo el coco a Asís», y otro, «a Asís no hay quien le coma el coco, que lo tiene muy duro», me llené de valor y de rabia pero no me volví, si me vuelvo le doy con la mano, quieto, Asís, me dije, que te expulsan del partido, y me sentía más unido a Bustarviejo, que no era un hortera porque la sede de mi barrio estaba llena de horteras.
Una tarde fue a visitar la sede Alfonso Guerra, que no tenía el carisma de Felipe, pero podías hablar con él más sencillo, más abierto, y estuvo viendo los locales por encima y los compañeros le pidieron que nos dijese algo y Guerra estuvo improvisando, dijo que aquí en los barrios, en los pueblos de Madrid, en estas sedes y entre el vecindario, es donde se hace el verdadero socialismo y que en el Parlamento y esos sitios la gente va a lucirse, que le gustaba mucho estar entre nosotros porque él era un socialista de base, bueno, hizo un poco de populismo y demagogia, pero Bustarviejo me decía luego:
—No creas, él es así, está más cerca de nosotros, Alfonso es el que llevó a Felipe al partido, en Sevilla, Alfonso ama el partido, Felipe lo utiliza, por cierto que ahora no andan muy bien entre ellos, Felipe es una creación de Guerra y eso nunca lo perdona el que ha sido creado, es lo del aprendiz de brujo, bueno, ya se nota que yo le tengo un especial cariño a Alfonso ¿no? Guerra había reconocido en seguida a Bustarviejo y le dio un abrazo de saludo y otro de despedida, cuando se hubo ido, le pregunté a Bustarviejo por qué no le había planteado sus quejas, lo de las colaboraciones, el puestecillo que mi amigo quería en la FSM, todo eso, y él que de ninguna manera, que hay que mantener el decoro, que no se puede ir de pedigüeño, que esas cosas tienen que salir de los demás. Pero, mientras Guerra hablaba, yo le había visto a Bustarviejo limpiarse las gafas, y a lo mejor se estaba limpiando una lágrima, de modo que cruzamos al bar, que ya se sabe, las penas con pan son menos. (El Bustar, jubilado, se había venido al pueblo.)

Francisco Umbral, El socialista sentimental, 2000, paginas 15-16.


Para mi la lectura de este libro fue un descubrimiento de un gran escritor español, lo comparaba con Galdós, en cuanto que siempre transcurren sus novelas en un trasfondo histórico, donde los temas políticos y sociales son muy destacados. Eso sí, con una visión y agudeza de quien sabe lo que dice. En esta novela ocurre casi al contrario, la historia de amor y desamor transcurre como de fondo, para ir proyectando uno tras otro diversos sucesos de la historia de España de los años 80 y 90.
Tiene una gran cantidad de libros, todos los que he leído son muy buenos, pero éste sobre todo me encanto. No leía sus columnas en el diario el Mundo, pero al igual que Pérez Reverte sacó en tres tomos una recopilación de sus artículos, me parece imprescindible poder acceder a los artículos de Umbral, porque desde su propia mirada al mundo había una persona inquieta e inconfo

¿Literatura de viajes o Libros de viajes?





Quien mejor que Emilio García Gómez para hablar sobre Al-Andalus. De los pocos grandes arabista que ha habido en España. Si hay que buscar referencias sobre dicha época es obligado recurrir a él y leer sus libros, tanto ensayos históricos y filológicos, como traducciones como, El Collar de la Paloma, de Ibn Hazm, uno de los grandes poetas cordobeses (dejo un enlace para leer la traducción completa que hizo Emilio)o Poemas árabes en los muros y fuentes de la Alhambra, libro, que por otra parte, he buscado por todas las librerias de Granada y es imposible encontrar, así como otros muchos de él. Sólo he podido conseguir dos libros, uno un estudio preliminar sobre el poeta de la Alhambra Ibn Zamrak y otro sobre 5 biografías de poetas islámicos. Al leer el collar de la Paloma, lo primero que choca e impresiona es el españolismo de Ibn Hazm y la vida callejera y de barrio, por ejemplo, al terminar el prólogo, escribe al amigo al que iba dirigida su risala: "Perdóname que no traiga a cuento historias de beduinos o de los antiguos, pues sus caminos son muy diferentes de los nuestros"; también dice frases como, "mi defecto es que mi Oriente es mi Occidente".
Creo que las mejores contextualizaciones históricas de Al-Andalus, de la forma más sencilla y más poética estan en las lecturas de García Gómez. Su lectura es rápida y a la vez llena de conocimientos. Uno de sus libros que he intentado buscar, y que no encuentro, es un libro de viajes que escribió recogiendo la correspondencia que le enviaba a su maestro Asín Palacios (otro de los grandes arabistas españoles) en 1927, se titula, Viaje a Egipto, Palestina y Siria. Pienso que es imprescindible leerse dicho libro antes de visitar estos lugares, por que nadie mejor que García Gómez nos va a contar y nos va a revivir la historia y los muertos de Oriente.
Recuerdo una conferencia en Granada, dedicada a los libros de viajes, en ella participaban entre otros, el batería de los Genesis, Chris Stewart, que vivía por entonces en Almuñecar, creo, y que se dedica a escribir lirbos de viaje y otros escritores, entre ellos otro inglés afincado en la Alpujarra. Aquello fue un ir y venir de pedantería suma, y en un momento alguno de los intervinientes preguntó (porque aquello eran mutuas entrevistas) a otro si prefería a la hora de hacer un viaje recoger información sobre los lugares que iba a ver o si por el contrario prefería ir sin "previo aviso" y quedar deslumbrado ante lo que pudiera toparse en el viaje. El otro interlocutor, entre sonrisas chavacanas y ambiente entre amigos que parecían salidos del siglo victoriano, le contestaba que la mejor manera de vivir un viaje era ir sin guía y sin conocimiento del país y lugares que podía toparse. Yo no me fui de allí porque aquello era muy estrecho y por desgracia estaba sentado entre los primeros, así que aguanté. Pero ¿que clase de viajes hacían estas personas? Simplemente no escribían libros de viajes, sino que probablemente sus libros estarán llenos de literatura pedante y vana, contando cuatro anécdotas del viaje cuando se topan con "el buen salvaje" y poco más. ¿Y que pretendían con esa respuesta? ¿Acaso intentaban hacer pensar al personal que hay dos tipos de turismo, uno de el de los turistas en masa y otro el de los turistas... o mejor llamarlos viajeros, que buscan experiencias espirituales? A mi me parece absurda esa distinción, porque lo que esta gente hacía era simple y llanamente turismo, aunque quieran darle un toque romántico, como siempre han echo todos los escritores de viajes ingleses. Uno sale de su país en Occidente por dos razones, una por turismo y otra para trabajar.
Volviendo a la obra de García Gómez, uno de los grandes problemas del mundo editorial en estos días, es que no se reeditan libros tan importantes como estos, libros que por otra parte en el momento que se ponen a la venta se agotan en poco tiempo sus ventas. Podría citar otros tantos, como por ejemplo, obras de Sanchez Albornoz o de Henri Pirenne, de Asin Palacios, etc. ¿A qué se debe esto? Y es que, ni si quiera en internet se pueden encontrar. ¿Por qué google no pone como vista completa todos los libros que tiene?o¿por qué el gobierno español no deja que google ponga estos libros para todo el público?y por el contrario, sí se dedica a subir a la red, desde las distintas instituciones culturales, una serie de libros, previamente seleccionados, que en la mayoría de los casos carecen de interés, o están en latín. ¿Acaso un español que haya pasado por la enseñanza obligatoria termina aprendiendo latín?¿No es el latín una de las asignaturas desechables hoy día?Y esto no lo digo yo.

¿Masculino o Femenino?


No hay duda que nuestro tiempo es tiempo de jóvenes. El péndulo de la historia, siempre inquieto, asciende ahora por el cuadrante «mocedad». El nuevo estilo de vida ha comenzado no hace mucho, y ocurre que la generación próxima ya a los cuarenta años ha sido una de las más infortunadas que han existido. Porque cuando era joven reinaban todavía en Europa los viejos, y ahora que ha entrado en la madurez encuentra que se ha transferido el imperio a la mocedad. Le ha faltado, pues, la hora de triunfo y de dominio, la sazón de grata coincidencia con el orden reinante en la vida. En suma: que ha vivido siempre al revés que el mundo y, como el esturión, ha tenido que nadar sin descanso contra la corriente del tiempo. Los más viejos y los mas jóvenes desconocen este duro destino de no haber flotado nunca; quiero decir de no haberse sentido nunca la persona como llevada por un elemento favorable, sino que un día tras otro y lustre tras lustro tuvo que vivir en vilo, sosteniéndose a pulse sobre el nivel de la existencia. Pero tal vez esta misma imposibilidad de abandonarse un solo instante la ha disciplinado y purificado sobremanera. Es la generación que ha combatido más, que ha ganado en rigor más batallas y ha gozado menos triunfos.

Mas dejemos por ahora intacto el tema de esa generación intermediaria y retengamos la atención sobre el momento actual. No basta decir que vivimos en tiempo de juventud. Con ello no hemos hecho más que definirlo dentro del ritmo de las edades. Pero a la vera de éste actúa sobre la sustancia histórica el ritmo de los sexos. ¡Tiempo de juventud! Perfectamente. Pero ¿masculino, o femenino? El problema es más sutil, más delicado -casi indiscreto. Se trata de filiar el sexo de una época.

Para acertar en ésta, como en todas las empresas de la psicología histórica, es preciso tomar un punto de vista elevado y libertarse de ideas angostas sobre lo que es masculino y lo que es femenino. Ante todo, es urgente desasirse del trivial error que entiende la masculinidad principalmente en su relación con la mujer. Para quien piensa así, es muy masculino el caballero bravucón que se ocupa ante todo en cortejar a las. damas y hablar de las buenas hembras. Este era el tipo de varón dominante hacia 1890: traje barroco, grandes levitas cuyas haldas capeaban al viento, plastrón, barba de mosquetero, cabello en volutas, un duelo al mes. (El buen fisonomista de las modas descubre pronto la idea que inspiraba a ésta: la ocultación del cuerpo viril bajo una profusa vegetación de tela y pelambre. Quedaban sólo a la vista manes, nariz y ojos. El resto era falsificación, literatura textil, peluquería. Es una época de profunda insinceridad: discursos parlamentarios y prosa de «artículo de fondo»).

El hecho de que al pensar en el hombre se destaque primeramente su afán hacia la mujer revela, sin más, que en esa época predominaban los valores de feminidad. Sólo cuando la mujer es lo que más se estima y encanta tiene sentido apreciar al varón por el servicio y culto que a ésta rinda. No hay síntoma más evidente de que lo masculino, como tal, es preterido y desestimado. Porque así como la mujer no puede en ningún caso ser definida sin referirla al varón, tiene éste el privilegio de que la mayor y mejor porción de sí mismo es independiente por completo de que la mujer exista o no. Ciencia, técnica, guerra, política, deporte, etc., son cosas que el hombre se ocupa con el centro vital de su persona, sin que la mujer tenga intervención sustantiva. Este privilegio de lo masculino, que le permite en amplia medida bastarse a sí mismo, acaso parezca irritante. Es posible que no lo sea. Yo no lo aplaudo ni lo vitupero, pero tampoco lo invento. Es una realidad de primera magnitud con que la naturaleza, inexorable en sus voluntades, nos obliga a contar.

La veracidad, pues, me fuerza a decir que todas las épocas masculinas de la historia se caracterizan por la falta de interés hacia la mujer. Ésta queda relegada al fondo de la vida, hasta el punto de que el historiador, forzado a una óptica de lejanía, apenas si la ve. En el haz histórico aparecen sólo hombres, y, en efecto, los hombres viven a la sazón sólo con hombres. Su trato normal con la mujer queda excluido de la zona diurna y luminosa en que acontece lo más valioso de la vida, y se recoge en la tiniebla, en el subterráneo de las horas inferiores, entregadas a los puros instintos -sensualidad, paternidad, familiaridad-. Egregia ocasión de masculinidad fue el siglo de Pericles, siglo sólo para hombres. Se vive en público: ágora, gimnasio, campamento, trirreme. El hombre maduro asiste a los juegos de los efebos desnudos y se habitúa a discernir las más finas calidades de la belleza varonil, que el escultor va a comentar en el mármol. Por su parte, el adolescente bebe en el aire ático la fluencia de palabras agudas que brota de los viejos dialécticos, sentados en los pórticos con la cayada en la axila. ¿La mujer?... Sí, a última hora, en el banquete varonil, hace su entrada bajo la especie de flautistas y danzarinas que ejecutan sus humildes destrezas al fondo, muy al fondo de la escena, como sostén y pausa a la conversación que languidece. Alguna vez, la mujer se adelanta un poco: Aspasia. ¿Por que? Porque ha aprendido el saber de los hombres, porque se ha masculinizado.

Aunque el griego ha sabido esculpir famosos cuerpos de mujer, su interpretación de la belleza femenina no logró desprenderse de la preferencia que sentía por la belleza del varón. La Venus de Milo es una figura masculofemínea, una especie de atleta con senos. Y es un ejemplo be cómica insinceridad que haya sido propuesta imagen tal al entusiasmo de los europeos durante el siglo XIX, cuando más ebrios vivían de romanticismo y de fervor hacia la Pura, extremada feminidad. El canon del arte griego quedó inscrito en las formas del muchacho deportista, y cuando esto no le bastó, prefirió sonar con el hermafrodita. (Es curioso advertir que la sensualidad primeriza del niño le hace normalmente sonar con el hermafrodita; cuando más tarde separa la forma masculina de la femenina sufre -por un instante- amarga desilusión. La forma femenina le parece como una mutilación de la masculina; por lo tanto, como algo incompleto y vulnerado).

Sería un error atribuir este masculinismo, que culmina en el siglo de Pericles, a una nativa ceguera del hombre griego para los valores de feminidad, y oponerle el presunto rendimiento del germano ante la mujer. La verdad es que en otras épocas de Grecia anteriores a la clásica triunfó lo femenino, como en ciertas etapas del germanismo domina lo varonil. Precisamente aclara mejor que otro ejemplo la diferencia entre épocas de uno y otro sexo lo acontecido en la Edad Media, que por sí misma se divide en dos porciones: la primera, masculina; la segunda, desde el siglo XII, femenina.

En la primera Edad Media la vida tiene el más rudo cariz. Es preciso guerrear cotidianamente, y a la noche, compensar el esfuerzo con el abandono y el frenesí de la orgía. El hombre vive casi siempre en campamentos, solo con otros hombres, en perpetua emulación con ellos sobre temas viriles: esgrima, caballería, caza, bebida. El hombre, como dice un texto de la época, «no debe separarse, hasta la muerte, de la crin de su caballo, y pasará su vida a la sombra de la lanza». Todavía en tiempos de Dante algunos nobles -los Lamberti, los Saldaniericonservaban, en efecto, el privilegio de ser enterrados a caballo.

En tal paisaje moral, la mujer carece de papel y no interviene en lo que podemos llamar vida de primera clase. Entendámonos: en todas las épocas se ha deseado a la mujer, pero no en todas se la ha estimado. Así en esta bronca edad. La mujer es botín de guerra. Cuando el germano de estos siglos se ocupa en idealizar la mujer, imagina la valquiria, la hembra beligerante, virago musculosa que posee actitudes y destrezas de varón.

Esta existencia de áspero régimen crea las bases primeras, el subsuelo del porvenir europeo. Merced a ella se ha conseguido ya en el siglo XII acumular alguna riqueza, contar con un poco de orden, de paz, de bienestar. Y he aquí que, rápidamente, como en ciertas jornadas de primavera, cambia la faz de la historia. Los hombres empiezan a pulirse en la palabra y en el mortal. Ya no se aprecia el ademán bronco, sino el gesto mesurado, grácil. A la continua pendencia sustituye el solatz e deport -que quiere decir conversación y juego-. La mutación se debe al ingreso de la mujer en el escenario de la vida pública. La corte de los carolingios era exclusivamente masculina. Pero en el siglo XII las altas damas de Provenza y Borgona tienen la audacia sorprendente de afirmar, frente al Estado de los guerreros y frente a la Iglesia de los clérigos, el valor específico de la pura feminidad. Esta nueva forma de vida pública, donde la mujer es el centro, contiene el germen de lo que, frente a Estado e Iglesia, se va a llamar siglos más tarde «sociedad». Entonces se llamó «corte»; pero no como la antigua corte de guerra y de justicia, sino «corte de amor». Se trata; nada menos, de todo un nuevo estilo de cultura y de vida...

El Sol, 26 de junio de 1927, Ortega y Gasset.

El nacionalismo visto desde los años 30


Se ha hablado tanto de la decadencia europea, que muchos han llegado a darla por un hecho. No que crean en serio y con evidencia en él, sino que se han habituado a darlo por cierto, aunque no recuerdan sinceramente haberse convencido resueltamente de ello en ninguna fecha determinada.
Es un paisaje de ejemplar puerilidad el que ahora ofrece el mundo. En la escuela, cuando alguien notifica que el maestro se ha ido, la turba parvular se encabrita e indisciplina. Cada cual siente la delicia de evadirse a la presión que la presencia del maestro imponía, de arrojar los yugos de las normas, de echar los pies por alto, de sentirse dueño del propio destino. Pero como quitada la norma que fijaba las ocupaciones y las tareas, la turba parvular no tiene un quehacer propio, una ocupación formal, una tarea con sentido, continuidad y trayectoria, resulta que no puede ejecutar más que una cosa: la cabriola.
Es deplorable el frívolo espectáculo que los pueblos menores ofrecen. En vista de que, según se dice, Europa decae y, por lo tanto, deja de mandar, cada nación y nacioncita brinca, gesticula, se pone cabeza abajo o se engalla y estira dándose aires de persona mayor que rige sus propios destinos. De aquí el vibriónico panorama de «nacionalismos» que se nos ofrece por todas partes.

En los capítulos anteriores he intentado filiar un nuevo tipo de hombre que hoy predomina en el mundo: le he llamado hombre-masa, y he hecho notar que su principal característica consiste en que, sintiéndose vulgar, proclama el derecho a la vulgaridad y se niega a reconocer instancias superiores a él.

Ortega y Gasset, La rebelión de las masas, 1930.

Éste fragmento lo tomé por la opinión de Ortega sobre los nacionalismos. Para él, la falta de una instancia superior que guiara la sociedad daba como resultado esta dislocación y surgimiento de los nacionalismos, como un paso atrás, entiéndase, en la mejora de las condiciones de vida por falta de capacidad para resolver los problemas principales y presentes de entonces.
En aquellos años, ya predijo alguno de los problemas de la Republica en España, como será el problema del nacionalismo catalán, principalmente. ¿Entendería Ortega y Gasset años después, la fuerza del nacionalismo catalán como una falta de poder y perspectivas del gobierno republicano? (De momento no lo he comprobado, ya intentaré averiguar). Lo que está claro es que la República tuvo muchísimos problemas en sus inicios, y prácticamente toda su existencia, a pesar de que se diga hoy día que España pasó una transición a la República de una forma pacífica. Nadie se ponía de acuerdo para solucionar los problemas y todo era un rifirafe entre un grupo de varias generaciones de izquierdas y otro de derechas, básicamente es lo que ha sucedido en España desde el surgimiento del liberalismo en las Cortes de Cádiz. Problema añadido, para que un siglo después, el surgimiento del hombre-masa del que habla Ortega y Gasset, fuera concebido en este ambiente de lucha ideológica, que no dejaba ver otra cosa que no fueran disputas, en un principio entre conservadores del antiguo régimen y liberales, y más tarde entre conservadores de un antiguo régimen más que periclitado y conservadores de una "izquierda" llena de prejuicios e ideas caducas, como la lucha anticatólica y fanatizada por el poder del Estado desde que surgió la Revolución Bolchevique.
Ortega y Gasset se refería también y más concretamente a los nacionalismos surgidos en el centro y este de Europa como consecuencia de la I Guerra Mundial, en el Tratado de Versalles, y que perjudicaron fundamentalmente al imperio austro-húngaro. Unos nacionalismos creados con la condición de contener la avalancha bolchevique. A finales del s. XIX, Otto Bauer se decidió a atajar el cariz que estaba tomando el problema del nacionalismo a consecuencia de la confusión que estaba arraigando en las masas obreras. Éstas comenzaron a supeditar y mezclar la cuestión de la lucha de clases al nacionalismo. Ya Marx, que había tocado el tema nacionalista de pasada, había advertido que el nacionalismo quedaba supeditado a la lucha del movimiento obrero internacional y que en caso de constituirse una nacionalidad nueva debía de crearse en u territorio lo más grande posible, todo ello bajo la solidaridad obrera internacional. Otto Bauer comenzó por destacar dos tipos de naciones, las naciones con historia (con una larga trayectoria, incluso anterior al capitalismo) y las naciones sin historia, para después, definir el nacionalismo como, “una comunidad de carácter, producida por una comunidad de destino”. Más adelante y como motivo, también, de la necesidad de agilizar la administración austro-húngara y modernizarla, los austro-marxistas elaboraron un programa de Autonomía Cultural Extraterritorial, que se llevaría a cabo, pero con una autonomía muy limitada, basada básicamente en unas corporaciones jurídicas públicas, con atribuciones culturales, administrativas y legales.
Todo este esfuerzo quedaría en vano tras la I Guerra Mundial, y a día de hoy, Hungría es un país que sigue viviendo del recuerdo de su país pasado, principalmente porque le desgajaron prácticamente la mitad de su territorio y hoy no es raro ver familias que viven separadas en diversos países, o ver como se discriminan a los húngaros en Eslovaquia, con un porcentaje de representación de hasta un 30% de la población eslovaca. Hoy, Eslovaquia y Rumania han sido los países de nuevo cuño que mantienen una mayor cantidad de habitantes húngaros, siendo Rumania el país que más tierra de Hungría llegó a acaparar.

Saludos a todos aquellos que visiten este blog. Su construcción básicamente me va a servir para dar salida a aquellas reflexiones e inquietudes que, cuando al leer y meditar sobre el pasado o la actualidad, me avasallan la cabeza y no se por donde dejarlas caer. Soy licenciado en Historia, pero cualquiera que haya hecho dicha carrera, sabe que no sabe nada de historia. No he hecho masteres, ni cursos, ni estudios de ninguna índole, y no creo que tenga una idea fija y ordenada del pasado. Con el tiempo he ido cambiando mis visiones de la historia y la vida, y dicho cambio a la vez me ha servido para comprender un poco más la realidad en la que nos educamos. Cuanto más leo, más me distancio de las opiniones cotidianas, que la mayoría de las veces proceden básicamente de la televisión y las tertulias programadas, o bien proceden de ideologías que no aportan nada nuevo y atractivo. La cosa se complica en cada libro que leo, cada vez el mundo se presenta más complejo, y a la vez que crees haber llegado a la verdad más verdadera, te das cuenta que te alejas más y todo es mucho más complejo. Creo que el mejor regalo de la vida es su mismo misterio.
En ocasiones daré salida a entradas donde simplemente quede constancia de algún estracto que considere interesante de lo que haya leido, o si tengo más tiempo, hacer un comentario y dar mis opiniones. Si alguien quiere dar su opinión, debatir o añadir algo será bienvenido.
En definitiva, este blog está hecho con la intención de dejar guardado para la memoria todas esas inquietudes que en cualquier momento de nuestra vida nos asalta, como una especie de diario se podría decir.